Un mundo ideal
Quería reflexionar hoy sobre la educación y los buenos modales que, de tenerlos y practicarlos, la calidad en las relaciones humanas mejoraría considerablemente.
Cuando una persona trata bien a otra, con sus gestos, con palabras amables en un tono adecuado, con paciencia, empatía, educación e incluso con inteligencia, la persona tratada recibe una energía de calidez que la llena absolutamente. Quizá al principio le cueste responder a ese trato recibido de igual manera y conteste de forma inadecuada, violenta, soez o desmañada. Pero si la siguiente persona con la que trata es igual de amable que la primera y así sucesivamente, el desencantado con el mundo se tornará más flexible y más permeable al buen trato y tal vez, al ver que su esfuerzo por ser borde no le surte efecto, se ablande y recapacite y baje el volumen de su voz.
Es una utopía verdad? Pero yo soy partidaria de que para iluminar el mundo cada uno debe iluminar la parte que le toca y es ahí donde si se establece una verdadera “cadena de favores” que en este caso sería una “cadena de buen comportamiento” conseguiríamos hacer del mundo un lugar “ más amable, más humano” como dice la canción.
Si todo el mundo nos tratásemos con cortesía yo no tendría trabajo, ya que no tendría a quien enseñar las buenas técnicas de la atención al cliente, los valores éticos para trabajar en una empresa, el trabajo en equipo, etc. porque todos funcionaríamos en modo “amable” y nos trataríamos con respeto y cariño en todas las circunstancias.
Saben qué les digo? Preferiría quedarme sin trabajo y contemplar un mundo tan bonito. Ya encontraría otra cosa en la que ser útil.
Hoy más que nunca, viendo en qué circunstancias nos movemos necesitamos del cariño y la comprensión mutua y éstos empiezan por tratarnos amablemente. No creen?
Feliz verano.
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